En nuestro país 68 mil 249 personas dejaron de vivir en condiciones de pobreza entre 2012 a 2016 -un promedio de 17 mil 062 personas por año-, esta cifra podría ser el dato con el que se podría resumir la política de combate a la pobreza empleada por la administración de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con las cifras disponibles, el 43.6 por ciento de la población en México vive en condiciones de pobreza, que se sigue concentrando en el sur y sureste del país: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla. El mapa, por más años que pasen y más programas que se apliquen, no se movió.
Esa será la herencia de Peña Nieto y su Gabinete para quien llegue a Los Pinos en 2018. A quien gane la elección le espera una pobreza estancada y alrededor de ella, un montón de programas sociales que absorben presupuesto y parecen no tener rumbo.
La pobreza y la desigualdad es uno de los problemas que se ha afianzado en México durante décadas. Según la última medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), referente al periodo de 2014-2016, 53.4 millones de personas son pobres y además, 8.6 millones más son vulnerables a ser pobres por sus ingresos; 62 millones de personas viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar (el equivalente al valor total de la canasta alimentaria y de la canasta no alimentaria por persona al mes) y 21.4 millones más, viven con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo (el equivalente al valor de la canasta básica alimentaria por persona al mes).
En contra parte, sólo 27.8 millones de mexicanos, es decir, el 22.6 por ciento es el que está a salvo de ser pobre y tampoco es vulnerable a serlo.